¿Cómo es tu signo del zodíaco? Leo
Las personas nacidas bajo el signo de Leo son líderes naturales. Son dramáticos, creativos, seguros de sí mismos, dominantes y extremadamente difíciles de resistir, capaces de lograr lo que quieran en cualquier área de la vida a la que se comprometan. Hay una fuerza específica para Leo y su estatus de "rey de la jungla". Leo a menudo tiene muchos amigos porque son generosos y leales. Seguro de sí mismo y atractivo, este es un signo solar capaz de unir a diferentes grupos de personas y guiarlos hacia una causa compartida, y su sentido del humor sano hace que la colaboración con otras personas sea aún más fácil.
Leo pertenece al elemento Fuego , al igual que Aries y Sagitario . Esto los hace cariñosos, enamorados de la vida, tratando de reír y pasar un buen rato. Capaces de usar su mente para resolver incluso los problemas más difíciles, tomarán la iniciativa fácilmente para resolver diversas situaciones complicadas. Gobernado por el sol, Leo adora a esta entidad ardiente en el cielo, literal y metafóricamente. Están en busca de la autoconciencia y en constante crecimiento del ego. Conscientes de sus deseos y de su personalidad, pueden pedir fácilmente todo lo que necesitan, pero también pueden fácilmente ignorar inconscientemente las necesidades de otras personas en su persecución para obtener una ganancia o estatus personal. Cuando un representante de Leo se vuelve demasiado cariñoso y apegado a sus logros y la forma en que otras personas los ven, se convierten en un blanco fácil, listo para ser derribado.
Leo: el león en la cueva La historia del león siempre habla de valentía. Este es un animal intrépido e imposible de desafiar, herir o destruir, y sus únicas debilidades son el miedo y la agresión hacia quienes enfrentan. Viviendo en una cueva, un León siempre necesita tener uno, anidando y encontrando consuelo en los tiempos difíciles. Sin embargo, nunca deben permanecer allí por mucho tiempo. Con la cabeza alta, tienen que enfrentarse a los demás con dignidad y respeto, sin levantar una voz, una mano o un arma, caminando valientemente a través del bosque que gobiernan.